Las uñas quebradizas y que se escaman son unos de los principales problemas que casi todas hemos sufrido alguna vez, ya sea de manera puntual o recurrente. Las causas pueden ser de múltiple naturaleza y no siempre es fácil detectarlas ni darle una solución definitiva.
Algunas de las causas más frecuentes son:
- una alimentación pobre,
- el uso de detergentes y productos de limpieza dañinos para la piel,
- enfermedades crónicas, anestesias generales,
- una mala circulación sanguínea,
- tratamientos médicos a largo plazo,
- cambios de temperatura importantes,
- el lavado excesivo de las manos.
Las principales consecuencias que este problema de uñas suele dar son:
- rotura frecuente de las uñas,
- el esmalte normal no dura lo que tendría que durar. Principalmente, frente a una uña escamada, la presencia de agua cuando nos lavamos las manos hace que las capas de queratina de la uña se dilaten y se contraigan. Estos micro-movimientos hacen peligrar la duración del esmalte y este se levanta antes de lo previsto.
Posibles soluciones a este tipo de problema:
- Optar por una alimentación equilibrada en fibras, proteínas y vitaminas de los grupos D y B así como magnesio y hierro principalmente.
- Protegerse siempre las manos con guantes a la hora de efectuar tareas que nos obliguen a estar en contacto con agentes corrosivos, detergentes…etc
- Exfoliar, hidratar y nutrir no solo las manos sino también las uñas insistiendo en masajear la zona de la cutícula. Esto activa la circulación sanguínea, activa el crecimiento y hace que los principios activos de la crema o aceite actúen de manera eficaz.
- Acudir al menos una vez al mes a un profesional competente para cuidarnos con una manicura completa
- Utilizar limas de madera de un grano igual o superior a 180
- Aplicar esmaltes de calidad y siempre una base adecuada en función de las necesidades de nuestras uñas. Para estos casos existen tratamientos específicos como el Won´t Chip de Orly o el Skip and Chip de OPI que se aplican antes de la base y contribuyen a que el esmaltado dure más.
- Incorporar en nuestra rutina un aceite de cutículas y una crema nutritiva al menos una vez al día, de preferencia por las noches antes de dormir. Solar Oil de CND es una apuesta segura y una crema a base de manteca de karité como las de Institut Karité sería ideal.
- Optar por un tratamiento de choque que nos ayude a reparar las capas de queratina dañadas. En Nenha le ponemos solución definitiva con el tratamiento especial IBX Repair que combate especialmente esta problemática. Los resultados son tan sorprendentes como duraderos. En la mayoría de los casos 4 sesiones son suficientes, una cada diez días aproximadamente. Es un tratamiento que se realiza únicamente por profesionales pero vale la pena probarlo si estás harta de llevar las uñas mal.
Así que conociendo un poco las causas y poniendo un poco de atención no debería ser muy complicado darle una solución definitiva a este tipo de problemática tan frecuente y que tantas decepciones nos da cuando la manicura de hace dos días se nos acaba de estropear.