¿Qué tipo de servicio desea? ¿Esmalte normal, esmalte permanente o uñas de gel? Esta es una pregunta recurrente a la hora de elegir la manera en la que brillen nuestras uñas.
Para ninguna de vosotras es un secreto el hecho de que la manicura se está volviendo un cuidado básico y esencial para la mujer de hoy en día. Ya no sólo porque sea nuestra mejor tarjeta de presentación, porque nuestras manos delatan nuestra personalidad más de lo que a veces nos gustaría…sino ¡simplemente porque nos apetece!…pero al final…entre tanta oferta ¿qué elijo? Difícil elección cuando este lenguaje nos es extranjero y podemos fácilmente sentirnos engañadas… Intentaré ser los más clara posible para que cada una de vosotras podáis ver las diferencias entre cada unos de los sistemas y elegir en completo conocimiento de causa. Allá vamos!
- El esmalte normal, el que todas conocemos. Aquí ninguna duda, se pone y se quita a voluntad y podemos cambiar de color tantas veces como nos apetezca. Eso sí, utilizando productos de calidad y siempre poniéndonos una base para proteger nuestra uña natural y al mismo tiempo que el esmalte adhiera mejor y dure más. La nueva versión de ellos son los esmaltes de larga duración, que por su composición, base y top coat específicos están diseñados para durar algo más que un esmalte tradicional. OPI acaba de presentar en esta gama el Infinity Shine. Si os interesa tenéis toda la información sobre ello en el post anterior.

- El esmalte permanente, que ha irrumpido hace poco más de 3 años y es ya todo un éxito. Pues bien, se aplica exactamente igual que un esmalte tradicional. Siempre una capa de base, dos de color y un top coat. La diferencia está en su composición y que su secado es obligatoriamente con ayuda de una lámpara de UVA y al final del proceso las uñas están literalmente listas para « llevar ». No hay tiempo suplementario de espera para su secado y por su fórmula conseguimos que el esmaltado dure mucho mas sobre la uña que un esmalte tradicional.
- En cuanto a las uñas de gel, existen muchas ideas preconcebidas y no siempre correctas. Hace más de una década que esta técnica ha hecho sus pruebas y hoy en día existen productos de calidad en el mercado que, aplicados de manera correcta solo pueden ayudarnos a conseguir esas uñas de ensueño que todas deseamos.
Las principales diferencias con respecto a los esmaltes tradicionales o permanentes son varias:

- se puede corregir e uniformizar las eventuales imperfecciones de la uña. Es posible reconstruir uñas completamente dañadas, sobre todo en los pies,
- las uñas están cuidadas e impecables de manera permanente,
- gran versatilidad a la hora de obtener una uña más o menos natural, larga, fina…Se esculpe la uña “a la carta”,
- el gel es inocuo, hipo-alergénico y permite a la uña natural crecer normalmente y sana,
- aporta solidez y dureza a la uña,
- no necesita ningún cuidado especial salvo su mantenimiento regular cada 3 semanas aproximadamente,
- se puede combinar con un acabado en gel color permanente o esmalte tradicional,
- permite una gran variedad de nailart…
- no se necesita «descansar» y quitarse el gel de vez en cuando para dejar «respirar» la uña.

Y mucho más que no se puede explicar hasta que una se decide por las uñas de gel. Yo doy fe de ello, hace más de 10 años que las llevo y forman parte de mi rutina de vida, tanto o más que ir a la peluquería.
Solo me queda decir que en cualquiera de los casos, lo importante, si tenéis dudas es que un profesional os aconseje correctamente en función de vuestras necesidades y expectativas. Ninguno de estos sistemas es mejor que otro, sino que para cada problema existe un tipo de solución. Yo os animo a conozcáis el que mejor os va y a vencer los miedos o reservas que podáis tener a la hora de elegir el vuestro.